9/18/2016

Se Alza la Extrema Derecha: En el Siglo XXI, El Fantasma que Recorre el Mundo, es la Extrema Derecha

Theresa May, Boris Johnson, Donald Trump, Marinne Le Pen, Silvio Berlusconi, homólogos en Austria, Holanda, Escandinavia. Colombia no se salva: Uribe, Ordóñez, muchos alfiles. He aquí las voces fantasmales.
La extrema derecha es el fantasma que recorre al mundo. Ya no es el comunismo, como lo proclamó el Manifiesto de Marx y Engels hace casi 170 años. El nuevo fantasma asusta no solo en Europa, sino en los cuatro costados del planeta.
Luego de que la izquierda en el poder hizo iguales o peores tropelías que la derecha histórica, se pregonó el fin de la división entre derecha e izquierda. Ahora resulta que de entre el vacío de la patria boba levanta su lengua felona, no la derecha, sino la extrema derecha.
Como si fuera necesario llevar a límites, incluso risibles, los postulados de cada facción para advertir la hondura de las diferencias, el boquete de evolución existente entre los de un lado y el otro.
Porque es risible proponer terapias de conversión para homosexuales, como lo hace el programa del partido Republicano gringo. O reunir casi cinco millones de firmas arrepentidas, para echar atrás el Brexit inglés.
Por otro lado, es ya no solo risible sino extravagante la declaración del carbón como fuente limpia de energía y de la Biblia como guía para los jueces. Estas fórmulas del mismo partido, y otras expuestas ayer en El Espectador por Juan David Torres, caen en anacronismo neto y hacen retroceder ciclos en la evolución del pensamiento.
Y aquí está la gran godarria universal aullando, manoteando, agitando el copete pajizo de sus melenas septuagenarias. Y lo que es peor: ganando encuestas, cosechando votos.
Sus opositores, la vapuleada izquierda igualmente septuagenaria e igualmente ávida, los intelectuales timoratos detrás de metalenguajes intraducibles, los indignados carentes de identidad y nuevos ritos, todos andan aterrorizados sin comprender por qué la realidad no se ajusta a los libros.
El pueblo, entre tanto, tiene suficiente faena con la batalla cotidiana de la subsistencia. Descree de todo, no milita en nada, se apoca en noticieros, ríe en las redes sociales, azuza en el fútbol, amordaza cierto miedo inubicable.
En el eje del engranaje, los medios de comunicación inflan el espanto porque la alarma congrega a millones de consumidores y clientes. Les interesa vender, ayudar a vender, y si los estrafalarios líderes de ultraderecha mueven masas como Hitler con sus escuadrones, pues hay que ponerles micrófonos, cámaras, engrandecer su demencia.
A los expresidentes siguen tratándolos de ´presidentes´. Los hacen dar órdenes incluso más allá de sus muertes de formol. El menor de sus trinos es vuelto gigante, como parte del espectáculo. Cada ocurrencia, cada demagogia, es tomada como palabra de oro.
Así crece el fantasma de la extrema derecha, así va pasando de fantasma a guadaña, a pandemia. El pobre mundo, fatigado de guerras, atisba de cerca su ascenso triunfal, su efluvio mortuorio. - Por: Arturo Guerrero - 14 – 07 - 2016 - arturoguerreror@gmail.com

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