En el atentado murió el ciudadano José
Antonio Vargas. Semana.com
|
Un coronel, un mayor, un capitán y un teniente son
sindicados de hacer atentados terroristas para ganar positivos. Los atentados,
hechos en Bogotá con carro bombas y una casa bomba, fueron previos a la
posesión presidencial. SEMANA.COM revela todos los detalles de esta acción
criminal.
El
plan fue maquiavélico. Sin embargo, fue realizado de manera tan torpe que sus
autores dejaron todas las huellas y los rastros más visibles por lo que ahora
ya están identificados. Al menos cuatro oficiales del Ejército Nacional son
protagonistas de uno de los mayores escándalos de los últimos años: planearon y
ejecutaron una serie de al menos siete atentados en Bogotá para posteriormente
cobrar los positivos ante sus superiores. La acción de los oficiales fue tan
fríamente calculada que la hicieron antes de la segunda posesión del presidente
Álvaro Uribe, un escenario donde el impacto era de mayores consecuencias como
en efecto ocurrió.
La
gravedad de lo que hicieron estos oficiales es de tales dimensiones que en
varios de los montajes de los atentados le hicieron creer a la opinión pública
sobre su extraordinaria capacidad para contener los planes terroristas de las
Farc al anticiparse a los hechos. Pero un atentado con un carro bomba explotó y
mató al ciudadano José Antonio Vargas, quien en ese momento fue presentado como
una víctima más de la guerrilla.
Ese
fatal atentado ocurrió el pasado 31 de julio en la carrera 45 con calle 75, en
el barrio Gaitán. SEMANA.COM estableció que en total hubo al menos siete
atentados. En algunos se usaron vehículos particulares, otro con un cilindro
bomba y uno más con una casa bomba.
Los
atentados en las cercanías de la ciudad ocurrieron en Sibaté, cuando se informó
que tropas de la XIII Brigada del Ejército desactivaron una carga explosiva
camuflada en un camión transportador. “La metieron como si llevaran productos
agrícolas”, informó en su momento uno de los oficiales.
Este
caso ocurrió cuando se hizo el hallazgo de un vehículo armado con 250 kilos de
anfo en la vía que de este municipio conduce a Sibaté.
Otro
de los carro bomba desactivados ocurrió con un vehículo de marca Fiat que se
encontraba en la zona de Normandía, en el noroccidente de Bogotá. En ese
momento se informó que la carga estaba compuesta por seis barras de indugel,
metralla y un equipo de activación electrónica, ubicados dentro de una olla a
presión.
Todo
esto creó una sensación de pánico en la ciudadanía que creía que las Farc se
venían con todo contra el presidente Uribe tal como ocurrió en su primera
posesión, el 7 de agosto del 2002, cuando esta guerrilla atacó con morteros la
Casa de Nariño. En esa oportunidad, uno los proyectiles impactó en la Calle del
Cartucho donde murieron 19 personas, habitantes de la calle.
Para
esta ocasión, las autoridades diseñaron un riguroso plan de seguridad.
Estadísticas oficiales muestran que hubo una reducción en atentados terroristas
del 93 por ciento con respecto a la primera posesión del presidente Uribe. El 7
por ciento restante ahora se viene a saber que fue ejecutado por el propio
Ejército.
Sin
embargo, fueron tan torpes en su plan que dejaron huellas tan grandes y
visibles que ni siquiera hubiera hecho un aprendiz de delincuente. Por ejemplo,
el mayor y el capitán, vinculados al caso, de la sección de Inteligencia de la
XIII Brigada en el caso del taxi bomba en el centro comercial Caracas,
contrataron a un taxista. Luego lo llevaron a las afueras de Bogotá con el
pretexto de que tenía que recoger unas cajas, siempre iban vestidos con el
uniforme, y luego regresaron al centro comercial un alquiler del carro. Le
dijeron que le darían cinco millones de pesos si él les prestaba el carro
porque lo necesitaban para hacer una vuelta. La sorpresa del taxista fue que en
la noche del 17 de julio, vio en los noticieros que el Ejército estaba
desactivando un carro bomba. “Vi que era mi carro”, le reveló el propio taxista
a un fiscal antiterrorista días después.
El
conductor no podía creer que en su carro hubiera una carga explosiva montada en
dos ollas a presión. La situación para él no podía ser más ridícula y
alarmante. Sin embargo, él guardó silencio porque recibió una llamada de los
miembros del Ejército el 18 de julio en el que le anunciaron que tranquilo
porque le iban a pagar su plata.
Entonces
se pusieron una cita en el Banco Ganadero del Centro Administrativo, CAN, a
escasas cuatro cuadras de la sede del Ministerio de Defensa. Los oficiales
fueron tan torpes que lo acompañaron a cambiar el cheque que es de una de las
20 cuentas de la XIII Brigada. Cuando el taxista recibió los cinco millones, el
mayor le propuso que dividieran la plata. “Vaya y reclame su taxi en la
Fiscalía que no va a tener problemas porque el taxi no explotó”. Luego le
entregan sólo 100.000 pesos y éstos se quedaron con 4.900.000 pesos. El taxista
se enfureció pero se llenó de temor y cuando fue a recoger su taxi le dijeron
que no se lo podían entregar en muchos meses porque estaba inmerso en un
proceso por terrorismo. El taxista se indignó, acudió a la Fiscalía y reveló
todo. Hoy el cheque, que es una de las pruebas reinas de estos montajes, está
en poder de la Fiscalía.
No
menos burdo es el caso del camión bomba mencionado anteriormente en el que los
mismos oficiales consiguieron a un guerrillero conocido como ‘Culebra’,
actualmente en La Picota purgando una condena de 40 años. Los mismos
uniformados fueron hasta el interior de la cárcel y le plantearon un negocio en
el que todos saldrían ganando. Se trató, le dicen, de dar un positivo con
explosivos, por el que le pagarían 50 millones de pesos. Y lo encargaron de que
él hiciera las coordinaciones con sus contactos por fuera de la cárcel. Le dejaron
un celular. Este consiguió a un transportador de papa y lo contrataron para
hacer un acarreo de 80 bultos de papa a Bogotá.
El
contacto del guerrillero se encargó de buscar al campesino con el número de
placa, la hora y la ruta del camión. Entonces el guerrillero llamó desde La
Picota a los oficiales y les dio todas las indicaciones. Luego de dar el
positivo al guerrillero tampoco le pagaron y este contó toda la historia,
mientras que al dueño del camión, que en su momento fue presentado como miembro
de las Farc, tuvieron que soltaron días después.
Estos
son sólo algunos de los detalles que para la Fiscalía son absolutamente
insólitos, ya que siendo miembros del Ejército, ni siquiera se cuidaron en
copiar bien los métodos de las Farc. Por ejemplo, ninguna de las bombas estaba
armada, todas las cargas tenían indugel, explosivo que no usa las Farc porque
su velocidad de detonación es muy lenta. Todos los carros utilizados son
viejos, en muy mal estado y robados. Si algo quedó en claro después del atentado
en El Nogal es que las Farc no ahorran dinero a la hora de comprar los
vehículos porque los nuevos no llaman la atención y tienen menos riesgos de ser
parados en los retenes.
De
ahí el estado de indignación del ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, quien
al enterarse de lo ocurrido ordenó al general Mario Montoya, comandante general
del Ejército, a hacer una rueda de prensa donde informó de la situación y
presentar excusas a la opinión pública.
La
divulgación del hecho coincide con un informe publicado por SEMANA.COM en el
que se analizan los 10 grandes errores que este año han manchado al Ejército y
que pasan desde las torturas, el montaje de secuestros y ejecuciones
extrajudiciales. (Ver artículo).
De
igual manera hace recordar al caso de Emilio Vence, un director del DAS, de la
seccional Atlántico, quien de igual manera se inventó unos atentados en contra
del presidente Uribe, en esa ocasión durante su primera posesión, también con
el objetivo de sumar positivos para cobrar logros.
El
general Montoya, visiblemente consternado se limitó a leer un comunicado que
dice:
Comunicado de prensa - 07 – 10 - 2006
El
general Montoya, se limitó
a leer un comunicado
|
De
acuerdo con las políticas de transparencia del Gobierno y para dar cumplimiento
al compromiso que el Ministerio de Defensa y las Fuerzas Armadas han asumido
con los colombianos, de informar oportunamente cuando tengan conocimiento sobre
hechos que supongan conductas indebidas por parte de miembros de la
institución, lamento informar a la opinión pública:
1.
El
reciente atentado con un carro bomba en el que resultaron heridos varios
soldados y muerto un ciudadano, que fue atribuido en su momento a grupos al
margen de la ley, así como el supuesto decomiso de varios explosivos en los
últimos dos meses, al parecer no corresponde a la realidad.
2.
Estos
engaños podrían haber sido perpetrados por personas inescrupulosas entre las
que se encuentran dos oficiales del Ejército.
3.
La
Fiscalía General de la Nación que adelanta la investigación, cuenta con nuestro
total apoyo.
4.
Es
de veras deplorable que estos hechos ocurran, pero el país debe tener la
certeza de que seremos los primeros en comunicarlos a la opinión pública.
5.
Invito
a los hombres y mujeres que desde las Fuerzas Militares sirven a la patria con
honor y firmeza a que continúen denunciando a quienes, traicionando los
principios militares, incurran en actividades criminales que atenten contra los
colombianos.
6.
También invito a la ciudadanía a seguir
denunciando cualquier irregularidad o hecho delictivo del que tengan
conocimiento. Por: Semana.com – 07 – 09 – 2006
No hay comentarios:
Publicar un comentario