Carlos A. Ruiz Ospina Director Polo Crítico |
En Homenaje
al doctor Jesús María Valle, en el 2002 Carlos A. Ruiz Ospina Escribió el “Perfil
Sociopolítico de Jesús María Valle Jaramillo , Vigencia Histórica de los
Derechos Humanos”, del cual queremos presentar, en esta Semana
Internacional de los Derechos Humanos el Siguiente Aparte del Capitulo Primero:
Objetivo
Polìtico y Militar: la
Destrucción del Comité Para la Defensa de los Derechos
Humanos de Antioquia.
Siendo el
responsable político del departamento de Antioquia, el entonces gobernador y
hoy presidente de la república, el doctor Álvaro Uribe Vélez, abogado y según
su propia definición “hombre civil pero de alma militar”. Y siendo el
responsable militar de Antioquia, como comandante de la cuarta brigada, el hoy
comandante general de las fuerzas militares de Colombia, el General Carlos
Alberto Ospina Ovalle, “tropero y militar en cuerpo y alma”, el
día 25 de agosto de 1.997 y con ocasión del décimo aniversario del
asesinato de los miembros fundadores del Comité para la Defensa de los Derechos
Humanos de Antioquia, los doctores: Héctor Abad Gómez y Leonardo Betancur
Taborda, el inmolado doctor Jesus María Valle Jaramillo, quién
más que ser un abogado, era un jurista, verdadero defensor de los Derechos
Humanos y para quién era principio fundamental apoyarse en la “fuerza de la razón y no, en la razón de la
fuerza”, pronunció, en medio de un lleno total en el auditorio del
Paraninfo de la
Universidad de Antioquia, el siguiente discurso:
Jesus María Valle J |
“Ha querido
el comité que rinda un informe sobre la situación de derechos humanos en
nuestro departamento, y así lo haré, porque hay documentos serios, de plumas
autorizadas que con severa investigación y fundamentación han hecho este
escrutinio que consta ya en documentos publicados.
En 1993, por
primera vez en el departamento de Antioquia se presentó un plan de desarrollo,
el cual fue elevado a canon de ordenanza con una mira: Fijar directrices para
todo el departamento, de modo que hubiera un proceso que vinculara a las
regiones y los municipios en sectores importantes como la industrialización, lo
ecológico, de modo que se respondiera a un desarrollo desigual que se traía.
Herramienta
de Paz:
Ese plan se
fijó una meta: que fuese un mecanismo en un proceso de paz, que lográramos
vincular a todas las regiones y a todos los municipios, que tuviésemos un
ciudadano más laborioso y participativo.
También de 1989 a 1993 mejoramos ese
plan de desarrollo y miramos todos los sectores; el plan vial, el eléctrico, el
educativo y en el campo de la salud. Y empezamos a vincular sectores
poblacionales muy abandonados. Esas directrices que se fijaban allí tenían la
mira de crear mecanismos de paz. Y tras ese plan, lo recuerdo bien hoy, el
doctor Gilberto Echeverry Mejía, inició un proceso de pacificación en
la región de Urabá, y con un alcalde de ideas democráticas logró levantar una
infraestructura de importancia en esa región. Es decir, Antioquia estaba
proyectando un desarrollo que penetrara más en lo regional y en el ente
territorial denominado municipio. Y nos comprometíamos en ese plan de
desarrollo con muchos sectores poblacionales e íbamos a los concejos, a las
entidades comunitarias.
Ruptura:
De
improviso, en los últimos años, en forma abrupta se rompió ese esquema que
traíamos y surgió un plan para acabar con el movimiento guerrillero.
Entonces
aparecieron unos hombres armados en las regiones que cometían una serie de
tropelías y asesinatos y hábilmente desaparecían de la zona; y se suscitaron
las primeras masacres en zonas geográficas en donde no había enfrentamiento
entre partidos y fuerzas de izquierda.
Y después
esas fuerzas se fueron ubicando en los perímetros urbanos y generaban un estado
de terror y de zozobra, y los campesinos caían asesinados, mientras, en las
veredas y corregimientos mataban a los dueños de las tiendas comunitarias. Eso
ocurrió en el Norte, en Oriente, en Occidente...
Se empezó a
gestar como un plan macabro, donde el investigador no lograba penetrar en lo
que estaba sucediendo, en qué zonas geográficas se cometían esas masacres y
esos asesinatos masivos. Y nuestros ríos históricos fueron testigos de los
cadáveres arrojados.
Y en las
carreteras, esas carreteras construidas con el esfuerzo Antioqueño, los
vehículos eran parados, los campesinos bajados de los mismos y asesinados
arrodillados.
Zozobra:
Un clima de
zozobra empezó a desintegrar lo que habíamos construido durante muchos años. Y
aquellos maestros que protestaron por esos asesinatos y masacres, fueron
perseguidos, desaparecidos y asesinados. Entonces se empezó a desintegrar todo
ese sistema educativo. Las escuelas se quedaron sin niños y sin maestros, y los
maestros eran perseguidos, y la educación perdía calidad.
Y los
médicos que iban a las veredas y a los corregimientos a atender a los enfermos
con mucho esfuerzo, también fueron perseguidos, intimados, amenazados,
desaparecidos y el sistema de salud empezó a degradarse.
Y los
programas agropecuarios, las Umatas en Antioquia, cuando soñábamos como
reemplazar el café, cuando soñábamos con un dominio del paisaje y la
agricultura se desintegraron.
Concepto de
Autoridad:
Aparecían
fuerzas oscuras que reemplazaban al alcalde... los comandantes. Eran
paramilitares, Convivir, autodefensas. Y se fue tornando ambiguo ese concepto
de autoridad pública: Unos eran amigos o enemigos de las convivir, amigos o
enemigos de los paramilitares, amigos o enemigos de la guerrilla.
Y ese tejido
social del campesino, se fue desintegrando y se comenzó a consolidar la zozobra
al lado del temor, mientras se perdían los proyectos culturales, artísticos,
artesanales.
Es decir, ha
habido un proceso de degradación en la relación del hombre con la comunidad,
con su medio.
Meridiano
macabro:
Entonces, en
este recinto puedo decir, a manera de inventario, que yo escuchaba decir que el
meridiano de la cultura y la política pasaban por Antioquia. Hoy puedo decir
que el meridiano de la violencia pasa por Antioquia.
Estamos
exportando, a través de una concepción equivocada del orden público, violencia
para departamentos pacíficos como los de la Costa y el Chocó. Estamos exportando violencia, A
través de las convivir, para todo el país.
Lo que
habíamos construido como base impositiva, a través del impuesto predial y del
de Industria y comercio, para fortalecer los aportes de la Nación y hacer programas de
desarrollo educativo, los hemos desintegrado porque hay que pagar cuotas a las
convivir, a las autodefensas, a los paramilitares. Y los paramilitares y las
convivir se confunden en los uniformes, en las sedes, en los vehículos que se
utilizan. Es decir, ya la fiscalía tiene que pedir permiso a esos personajes
que aparecen extrañamente en los municipios, para poder hacer los
levantamientos de cadáveres. Y los
inspectores que hacen esos levantamientos de cadáveres son asesinados para destruir
la prueba, para impedir los sistemas de investigación judicial.
Sin odios:
Esa es la
situación hoy. Lo han visto mis ojos, lo he presenciado con gentes de mi
pueblo, de mis veredas, de mis corregimientos. A esas personas que yo vi nacer,
con esas personas con quienes escuché silbidos de miseria en las montañas, han
sido asesinadas. Y yo he ido a todas partes invocando el derecho de petición
para la población campesina, y no he recibido una respuesta positiva.
Esa es la
situación dramática que presenta hoy Antioquia y es el informe que puedo rendir
con honestidad en este recinto, sin odios contra nadie, pero sí con una
infinita tristeza de cómo se van perdiendo las vidas y golpeando a las
personas.
Una
esperanza:
¿En medio de
esa desolación, qué pienso? ¿Qué pienso en medio de esa degradación del hombre?
Con
esperanza miro tres aspectos positivos:
Las madres
de los soldados que levantaron la bandera unida para que les regresaran a sus
hijos, y obligaron que en un momento histórico del país el poder civil se
colocara por encima del poder castrense o hiciera un proceso de pacto que
llevara a la libertad a los prisioneros de guerra. Cuando se logra ese
predominio del poder civil se pueden iniciar procesos de paz y democráticos.
Ese aspecto positivo me da esperanza de poder seguir luchando.
Segundo: La
sentencia de la
Corte Constitucional , cuando fijó directrices
jurisprudenciales para limitar el fuero. Allí hay un instrumento de
pacificación que permite limitar desafueros, exigir responsabilidades, para que
iniciemos un camino diferente.
Y el
tercero: Es que con la muerte de Héctor Abad Gómez, se querían silenciar unas
ideas y principios; y, por el contrario, ese símbolo moral, esa fisonomía
espiritual de Héctor Abad Gómez permitió que fuesen creciendo los organismos y
hoy los derechos humanos se debaten en la universidad, en los sindicatos. Hoy
hay semillas de libertad que con sacrificio y tenacidad siguen denunciando,
señalando, impetrando, pidiendo, defendiendo los derechos humanos. Hay muchos organismos
que con seriedad están en la lucha tenaz para que primen la vida, la dignidad,
la alegría. Y eso es como un instrumento de fe y esperanza en los momentos de
incertidumbre y de tristeza.
Hasta
siempre:
Por eso esta
noche la presencia de todos ustedes, de la familia Abad, Betancur, del
honorable magistrado de la Corte Constitucional , Dr. Carlos Gaviria, de los
coordinadores del comité, de hombres y mujeres, nos llena de alegría. Y en este
recinto histórico podemos decir hoy: Héctor Abad, Leonardo, Fernando, Pedro
Luis, Carlos, Felipe, ¡Aquí estamos!, podemos decir: Heli Gómez, personero de
el Carmen; profesores perseguidos, victimas: ¡Aquí Estamos y Estaremos
Siempre, en el Fragor de la
Lucha o en la
Quietud de la
Muerte !
Y aunque
hubiéramos preferido que el doctor Jesús María Valle, se mantuviera siempre en
el fragor de la lucha y no en la quietud de la muerte, lo cierto es que seis
meses y tres días más tarde, después de ese discurso premonitorio, las mismas
balas asesinas, que mataron a quienes les hacía el homenaje, habrían de matarlo
a él, en su propia oficina.
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