Por: Cecilia Orozco Tascón
En medio de un sospechoso
sigilo y sin comunicado oficial que diera cuenta del trascendental cambio, sino
mediante declaraciones soltadas al desgaire por el presidente de la Sala Penal de la Corte Suprema,
Colombia se enteró de que el magistrado Iván Velásquez, quien en su infinita
soledad ha soportado las mayores amenazas y conspiraciones contra su vida, su
buen nombre y su honra, había sido relevado del cargo de coordinador de los
procesos del repugnante fenómeno de la parapolítica.
En las películas
policíacas se hacen un par de preguntas clásicas para descubrir al autor y el
móvil del delito: ¿quién se beneficia con el crimen y para qué se cometió?
Parodiando la frase, ¿quién está feliz con la sustitución de Velásquez y para qué
lo retiran del centro en donde se descubre el modus operandi del “aparato
organizado de poder” que surgió de la alianza de la política con el
paramilitarismo? El móvil es fácil: venganza por los resultados e impunidad
hacia el futuro. Los vengadores y beneficiarios son muchos. Aproximo una
lista....... Ver abajo articulo
Homenaje a un magistrado valiente
y decente
Por: Cecilia Orozco Tascón
En medio de un sospechoso sigilo y sin comunicado oficial
que diera cuenta del trascendental cambio, sino mediante declaraciones
soltadas al desgaire por el presidente de la Sala Penal de la Corte Suprema,
Colombia se enteró de que el magistrado Iván Velásquez, quien en su infinita
soledad ha soportado las mayores amenazas y conspiraciones contra su vida, su
buen nombre y su honra, había sido relevado del cargo de coordinador de los
procesos del repugnante fenómeno de la parapolítica.
La disculpa es baladí y ofende porque supone que somos
estúpidos: el puesto debe rotar entre varios auxiliares, dijo quien funge de
presidente de esa sala, Leonidas Bustos, como si se tratara de un juego de
perinola. La verdad es muy otra. Velásquez, el “investigador estrella” de la Corte, es una roca en el
zapato de los mandatarios, de los congresistas corruptos, de los partidos
clientelistas y de sus propios colegas los magistrados titulares, cuya
conducta está cada vez más cerca de la de sus procesados.
En las películas policíacas se hacen un par de preguntas
clásicas para descubrir al autor y el móvil del delito: ¿quién se beneficia
con el crimen y para qué se cometió? Parodiando la frase, ¿quién está feliz
con la sustitución de Velásquez y para qué lo retiran del centro en donde se
descubre el modus operandi del “aparato organizado de poder” que surgió de la
alianza de la política con el paramilitarismo? El móvil es fácil: venganza
por los resultados e impunidad hacia el futuro. Los vengadores y
beneficiarios son muchos. Aproximo una lista:
1. Los
excongresistas que purgan pena en La Picota. No le perdonan al valiente abogado haberles
demostrado sus fechorías: Mario Uribe, primo de Álvaro Uribe. El convicto,
junto con su otro primo Santiago Uribe, un extraditado y su abogado
complotaron contra Velásquez pagándole a alias Tasmania para que calumniara
al magistrado. Hasta el jefe de Estado participó en esta patraña. El
exsenador Óscar Suárez Mira le ofreció a alias Bam-Bam $100 millones para que
se retractara de su testimonio contra él y enlodara a Velásquez. Los
exparlamentarios Luis Alberto Gil y Alfonso Riaño. Su abogado Ramón Ballesteros
fue grabado mientras trataba de convencer a alias Diego Rivera de declarar en
contra del investigador por 100 mil dólares. El exsenador Luis Humberto Gómez
Gallo y su paisano Javier Ramiro Devia. El testigo Hernando Díaz aseguró que
intentaron sobornarlo para desprestigiar a Velásquez y a la Corte.
2. Los cerca de
30 parlamentarios que tienen indagaciones preliminares por nexos con el
paramilitarismo.
3. El
expresidente Uribe y los funcionarios de su gobierno envueltos en el
operativo de seguimientos, interceptaciones y montajes.
4. La
mayoría de los integrantes de la
Corte actual. Clientelizados, burocratizados, lagartizados
y subordinados al poder del procurador, al que le deben fidelidad y puestos,
y al Parlamento, con el que se concertaron para privilegiarse, no pueden
tener a un testigo de sus complicidades. Bustos, a quien no le ajusta la
toga, ha armado una oscura trinca y está triunfando. Por supuesto, este no es
el escenario para alguien decente como Iván Velásquez, a quien nunca sus compañeros
le permitieron llegar a la titularidad de la magistratura, precisamente por
lo “peligroso” que es. Lo mandan al patio trasero para obligarlo a renunciar.
Pero él no está del todo solo. Afuera hay quienes estamos dispuestos a
denunciar a los indignos enquistados en la Justicia, y somos
muchos los que le damos gracias por su enorme sacrificio.
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