12/06/2011

Debilidades y Fortalezas de un Movimiento Idealista

Cordial Saludo

He aqui otra de las ponencias presentadas, en el II conversatorio por la Reconstrucción del Polo convocado por el Comité de Base Académico  “Ramón Emilio Arcila”, Polo Critico y otros.

Gonzalo Diaz, dirigente Sindical y político expuso:..... “permítanme expresar algunas propuestas. Considero que en el campo de la acción, es indispensable que sin más dilaciones se estructure la constitución de los reclamados comités de base y que sea de estos donde se desprendan los delegados a los congresos, a las coordinadoras regionales o municipales, ello es la única garantía que permitiría la real participación de las bases. Para ello, es también indispensable la obligatoria formación partidista, que no obedezca al interés particular de las tendencias, que aunque sería absurdo y no se trata de invitar a que desaparezcan, si debe fijárseles claros derroteros o compromisos frente al manejo estructural interno del partido que deberá obedecer a inmodificables tareas fijadas por los máximos organismos de dirección..... Ver texto completo....

Fraternalmente

Carlos A. Ruiz O.
Director Polo Crítico

DEBILIDADES Y FORTALEZAS DE UN MOVIMIENTO IDEALISTA

Ponencia presentada por Gonzalo Díaz Gaviria: Ex dirigente sindical de Telecom y Miembro del Comité ejecutivo del Polo Democrático Alternativo. Medellín, en el II conversatorio por la Reconstrucción del Polo convocado por el Comité de Base Académico  “Ramón Emilio Arcila”, Polo Critico y otros.

Apropósito de la auto evaluación del partido, en vísperas del tercer Congreso Nacional.

PORQUE LA CRISIS

La gran mayoría de nuestros militantes, coincidimos en que el PDA, pasa en la actualidad por su más delicada crisis, la misma que tiene al movimiento adportas de su desaparición jurídica en la vida política de la nación, si se tiene en cuenta que para la próxima contienda electoral, la existencia de partidos o movimientos incluido el nuestro, dependerá de obtener un importante respaldo de los ciudadanos, en tanto que en los recientes comicios el PDA registró niveles de aceptación inferiores a nuestras expectativas.

Podemos coincidir también, en que la crisis del partido obedece a factores internos y externos, que se deben evaluar, al momento de realizar las críticas y en la búsqueda de las correcciones y estrategias que adoptemos para superar la actual situación.

¿Cuáles son a mi modo de ver esos factores que nos llevaron a la actual crisis?

Parto como simple ciudadano del común, manifestando algo que considero se debe tener en cuenta en el devenir del rol político y es el que mayoritariamente nuestra población Colombiana, adolece de esa formación o vocación política indispensable para entender lo que está sucediendo con el Polo, ya que si bien es cierto que muchos sectores sociales, exteriorizan algunas percepciones de orden político - social tales como cuando los pequeños o medianos agricultores hacen sentir su vos de protesta, los estudiantes levantan sus reclamaciones y derechos, los transportadores o taxistas reclaman por su seguridad o los costos de los combustibles o fletes, o cuando la clase trabajadora jalona sus propias dinámicas, unas veces correspondiendo a los intereses de los trabajadores bancarios, de los educadores o de los servidores públicos, en otras veces de quienes integran la, rama judicial o la salud y así sucesivamente, todas esas acciones no dejan de ser mas que expresiones coyunturales, que bien distante están con salvadas acepciones, de considerarlas como un detonante claro con lo cual las masas sociales y populares están dispuestas a producir profundos cambios en nuestro país, y que por ello mismo solo requieren de una asertiva clase dirigente y que esa clase dirigente a conducirlos recae exclusivamente en el PDA. Equivocación abismal, en la que se suele caer por parte de algunos de nuestros militantes, que dejan de lado la realidad nacional que demuestra en la población una profunda ausencia de claridad o formación política, la misma que nos impide una discusión de fondo a los problemas estructurales que conlleva a estas reclamaciones comúnmente aisladas del contexto popular.

Partiendo de ello, es igualmente valido reconocer la ofensiva que contra nuestro partido se implementó desde el gobierno uribista, cuyos objetivos no fueron de poca monta, chuzadas, intimidaciones, desapariciones, falsedades y desprestigios públicos orquestados desde el alto gobierno, con los que se incurrió en claras violaciones a los derechos individuales y colectivos de cuya solidaridad frente a los atropellos, no tuvimos muestras gremiales o populares de indignación, salvo algunos pronunciamientos internacionales.

A esa directa ofensiva contra el partido, se sumo la captación sigilosa y vulgar desatada por medios de comunicación, gremios y personajes de la vida nacional, que terminaron absorbiendo a una parte de la dirigencia caudillista obsesionada por el culto personal y las ambiciones políticas. Sobran los ejemplos en el nivel nacional, local y regional, con lo cual se auspiciaron las divisiones y deserciones, lográndose de paso focalizar y dimensionar hábilmente los desaciertos de la tendencia Anapista que gobernó la capital de la república.

Sumado a lo anterior, no puede desconocerse, que pasamos de la época de las confrontaciones retóricas y directas lideradas por el uribismo, a la sagaz actitud de conciliación o llamada “de unidad nacional” que encarna el actual gobierno, al cual se plegaron sin pudor, debate y dignidad algunos dirigentes.

El panorama anterior, aunque importante para entender la crisis del partido dentro de los elementos exógenos para analizar, no son la única causante de la misma, ya que dentro de los aspectos internos encontramos también como dificultad, el que nuestro partido no nació como el querer de una base popular dispuesta a organizarse políticamente, sino que fue el resultado de reformas políticas que dejaron fuera del escenario a partidos y movimientos provenientes de los distintos pensamientos de la izquierda, léase Marxistas, Trotskistas, Maoístas, Leninistas, Comunistas, Castristas, Etc., a ellos con el poco tiempo y dada la polarización ofensiva contra todos los estamentos sociales por parte del gobierno uribista de corte guerrerista y enervantemente intolerante con la diversidad ideológica, permitieron que se sumaran hacia nosotros: Liberales, Socialistas, movimientos de género y minorías con los cuales, en torno a la figura del Maestro Carlos Gaviria Díaz, el PDA llego a ser la segunda fuerza electoral del país.

Digamos que bajo esa figura aglutinante que representó el Maestro Gaviria, las tendencias lograron dejar momentáneamente de lado sus propios deseos protagónicos o de orientación de sus propias vertientes de origen y como lo dijo algún periodista en su momento, “el Polo Democrático estaba pegado con babas, pero las babas de Gaviria, eran las únicas que en ese momento aglutinaban al partido”. (Antonio Caballero)

Luego vino la luz propia con la que deslumbraron Senadores, Representantes, Concejales, Alcaldes y Gobernadores, unos provenientes de la izquierda o de movimientos sociales y que hicieron parte del proceso de unidad que dio origen al Polo Democrático o de sus estructuras previas y con ello, el efecto caudillista comenzó a tejer con mayor puntualidad los lunares de nuestra crisis.

Es de anotar que prácticamente ninguna de las tendencias al interior del partido, mostro interés en detener ese estrellato individualista de luminarias y no encausaron al partido hacia la estructura que se trazo en la constitución del Polo, o sea que se permitiera dar vida a lo contemplado en el Articulo 3 de los estatutos que definen “que los comités de base son la estructura esencial del partido”.

Ese punto, sumado al titubeo frente a la reglamentación del Articulo 12 a, Articulo con el que se divagó entorno al sentido u objetivos de las alianzas, dio la posibilidad para que afloraran los individualismos que apoyados en las tendencias, reventaron la unidad.

Si bien es cierto que el ideario de unidad es la coraza que condiciona la permanencia en el partido, tampoco es menos cierto que las maquinarias internas de las tendencias, todas han puesto sobre la dirección del partido más que cuadros de dirección que dirijan y fijen los derroteros del mismo, representantes que con la misma mecánica de la burocracia parlamentaria de los partidos tradicionales han hecho paquidérmico el funcionamiento del PDA.

Por ello, el partido no es un partido; es simplemente un frente, en el que conviven tendencias que se resisten a adaptarse a las nuevas condiciones de pluralidad ideológica y tolerante, que fue el compromiso incumplido del ideario de unidad, existiendo tendencias que pretenden imponer su querer y su visión; es algo así como las barras bravas en un escenario deportivo, que aun sabiendo las condiciones del ingreso, permanencia y retiro para un espectáculo, estando adentro de él, y si consideran que el balance del partido según sus necesidades les es adverso, optan por destruir el estadio, agredir a los demás espectadores o lesionar a los jugadores. Esa falta de regla moral o ética ha permeado las estructuras del partido y ha quebrantado la voluntad de la izquierda democrática, que selló su compromiso de unidad en el contenido del Articulo 5 de los estatutos, cuya finalidad es “la construcción de una democracia participativa, la igualdad social, la defensa del espíritu democrático y del estado social de derecho, la defensa de los derechos humanos, el respeto por la diferencia y el pluralismo, la lucha contra la corrupción y la protección de lo público”.

Esa falta de visión y compromiso multiplicador del objetivo de unidad, le cabe principalmente a todos los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional y en segundo orden a los niveles regionales, donde se encuentran representadas las tendencias y de esa falta de ecuanimidad pluralista y de entender que lo que estamos es construyendo unas bases, un escenario en el que se nos permita actuar, difundir y procurar cambios que nos permitan en un mañana ser mucho más osados dinámicos y transformadores con el entender y el acompañamiento popular, sin lo cual no se puede ser gobierno y mucho menos ser poder, fue lo que no desaprovecharon personajes como Garzón, Petro, Navarro, García Peña, Los Moreno, Torrez, Montes, Guevara, Avellaneda, para solo mencionar algunos, que han sabido canalizar estas disyuntivas para sacar su propio provecho .

No se trata de decir que la posición de ellos es la más acertada, no, es sencillamente que por no actuar a tiempo, no responder a tiempo sus ataques y sus deslealtades, hoy tenemos el doble trabajo de tener que defendernos de nuestros naturales contradictores y a demás de quienes en el pasado fueron parte del proyecto incumplido por ellos mismos.

ALGUNAS PROPUESTAS

Para finalizar, permítanme expresar algunas propuestas. Considero que en el campo de la acción, es indispensable que sin más dilaciones se estructure la constitución de los reclamados comités de base y que sea de estos donde se desprendan los delegados a los congresos, a las coordinadoras regionales o municipales, ello es la única garantía que permitiría la real participación de las bases. Para ello, es también indispensable la obligatoria formación partidista, que no obedezca al interés particular de las tendencias, que aunque sería absurdo y no se trata de invitar a que desaparezcan, si debe fijárseles claros derroteros o compromisos frente al manejo estructural interno del partido que deberá obedecer a inmodificables tareas fijadas por los máximos organismos de dirección.

La formación es tan indispensable, que se hace perentorio, que todo militante y todo aquel que aspire a ser directivo del partido o que se presente como candidato (a) o salga electo a poderes públicos, responda por los compromisos éticos y de garantía contraprestacional para su partido que le entregó el aval y los compromisos de identidad.

No menos importante que lo anterior, es la urgente necesidad de adoptar una política clara de finanzas y aportes, no dependientes exclusivamente de los auxilios de ley. Con ello, se deberá definir los compromisos inquebrantables de estructuras de difusión y comunicación que reclaman las bases y el pueblo en su conjunto, sometidos a una uniforme y por ende desequilibrada cultura de la información.

Es necesario también, que el equipo de Parlamentarios, Concejales, Diputados o Gobernantes que sean postulados por el partido, actúen en consonancia con las instrucciones de los órganos de dirección y no a la inversa.

Nuestras estructuras de vigilancia y control, deberán tener herramientas mucho más ágiles, que permitan el control o sanciones cuando quiera que posiciones individuales o colectivas quebranten los compromisos de unidad y acción.

El partido deberá definir su propia agenda de movilización y acción que permita identificar, representar social y políticamente las más sentidas y urgentes necesidades de la población en materia de salud, vejez y régimen pensional,

Servicios públicos, las necesidades estudiantiles y del trabajo, como también en el campo de la justicia, como ejes centrales que permitan aglutinar a la comunidad entorno al partido. No se trata de ignorar o dejar de lado muchas otras acciones o compromisos del partido derivados del ideario de unidad, pero si es prudente como estrategia inmediata, concentrarnos en lo que puede arrojar más y mejores resultados en el menor tiempo.

Este sucinto bosquejo de nuestra crisis y las alternativas, son el modesto aporte de un militante, que aún cree que podemos sacar adelante nuestro proyecto político. Por ello los invito a reflexionar sobre dos importantes expresiones: Una, tomada de la cultura China y que define, que “Es mejor volver atrás, que perderse en el camino”

Y la otra del Maestro y Premio Novel José Saramago cundo dice: “La derrota tiene algo positivo y es que esta nunca es definitiva, en cambio la victoria tiene algo negativo, jamás es definitiva”.

Muchas Gracias.
gdiazgaviria@gmail.com
Medellín – Antioquia. Noviembre de 2011.


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