Aprobado por l@s delegad@s en la Plenaria final
- 17 de julio de 2018
1- América Latina y el Caribe viven hoy, 28
años después de haberse fundado el Foro de Sao Paulo, los efectos de una
multifacética ofensiva reaccionaria, conservadora y restauradora neoliberal,
fruto de intereses convergentes y de esfuerzos combinados entre las élites
mundiales del capitalismo transnacional, del gobierno de los EE.UU. como su
núcleo hegemónico, y de las clases dominantes aliadas de nuestra región.
2. Esta multifacética ofensiva, ha logrado
hacer retroceder a las fuerzas de izquierda y progresistas, mediante
el derrocamiento de gobiernos, los golpes parlamentarios y judiciales. La derecha
imperial y las oligarquías subordinadas han amplificado para ello los errores y
las limitaciones de las fuerzas transformadoras, que
sufren reveses y a la vez poseen inmensas potencialidades de lucha. Ello
explica en un grado fundamental el cambio adverso en la correlación coyuntural
de fuerzas imperante.
Examinar el carácter y la profundidad de los
errores e insuficiencias, corresponderá de forma soberana a los partidos
políticos y a los movimientos sociales de cada país.
3. El golpe militar y parlamentario contra
Zelaya, en Honduras (2009); el golpe parlamentario dado a Lugo, en Paraguay
(2012); la derrota electoral de Cristina Kirchner, en Argentina (2015); el Impeachment
contra Dilma Rousseff en Brasil (2016), mediante un golpe parlamentario,
judicial y mediático; la victoria de figuras de derecha conservadoras o
ultraconservadoras en Chile, Paraguay y Colombia; la condena sin pruebas y
prisión de Lula para impedir su candidatura a la presidencia de la Republica
del Brasil; las divisiones ostensibles en el campo popular a la hora de encarar
las agendas neoliberales restauradas; la descalificación de
la política que en importantes países de la región favorecen los planes de la
derecha, y el fortalecimiento público de figuras y proyectos de raíz fascista
en varios países, constituyen, entre otros muchos, indicadores de la ofensiva
neoliberal, que las fuerzas de izquierda están desafiada a revertir a favor de
los pueblos.
4. La actuación de la derecha guarda relación
directa, con la naturaleza expansionista y depredadora del capitalismo, y con
los intereses del capital financiero que lo dominan.
5. Los hechos hablan: entre el último Encuentro
del Foro de Sao Paulo (Managua/2017) y este de La Habana (2018), a nivel global
se ahondaron los efectos negativos de la concentración de la propiedad, el
poder y la riqueza en manos de una élite mundial decidida a imponer, a
cualquier precio, mejores condiciones para elevar sus tasas de ganancia
6. Así lo confirman la destrucción de la naturaleza,
con efectos negativos crecientes sobre el clima; las tentativas de
privatización de los bienes públicos como el agua, la tierra y el petróleo y su
uso predatorio por las trasnacionales; las tentativas de privatización de los
fondos públicos; el ataque a los derechos laborales y sociales; el incremento
insultante de la inequidad y la desigualdad; la destrucción de fuerzas
productivas mediante la guerra para animar las economías llamadas centrales; la
multiplicación de los flujos migratorios y del sufrimiento que millones de seres
humanos padecen al verse obligados a emigrar, y la ofensiva que desarrollan los
intereses transnacionales contra la soberanía nacional de nuestras naciones, a
fin de facilitar el libre movimiento de los capitales.
7. Estas realidades, agravadas por el peligroso
desempeño de la Administración Trump, que busca revertir la tendencia
declinante de la hegemonía norteamericana, multiplican los riesgos para la paz
mundial y el estatus de América Latina y el Caribe como Zona de Paz. América
Latina y el Caribe seguirán siendo prioridad para la política exterior
estadounidense, cuyo dominio es de vital importancia en su afán por mantener un
insostenible orden mundial unipolar.
8. Los Estados Unidos y sus aliados necesitan
consolidar la percepción de que la historia continental entró en una fase
regresiva imparable a favor del capitalismo. Aunque la reacción contra los
gobiernos progresistas y de izquierda fue inmediato, debido al descredito y el debilitamiento
extremo de los partidos políticos de derecha utilizados para imponer la reestructuración
neoliberal, los inhabilito como instrumentos capaces de descarrilar las transformaciones
sociales impulsadas, según el caso, por los movimientos políticos del Foro de Sao
Paulo. De ahí la necesidad de recurrir a la estrategia desestabilizadora que
combina la guerra mediática, jurídica y económica, la injerencia externa y la
criminalización del movimiento y la protesta social, entre otros, que sirven a
los golpes de nuevo tipo (judicial o parlamentario) o la derrota electoral.
Ante esta reacción del imperialismo y las
oligarquías locales contra las fuerzas progresistas, rechazamos la idea del “fin
de ciclo” con la misma firmeza y convicción con
que en su momento lo hicimos con la del “fin
de la historia”. Las
fuerzas progresistas de América Latina seguiremos luchando por horizontes de un
mundo basado en la justicia social.
La Casa Blanca y sus aliados buscan lograr
exactamente lo contrario: dividir, cooptar, desmovilizar y generar desánimo. Es
razón suficiente para que impongamos con hechos e ideas los verbos de la unidad
de la izquierda y el campo popular para organizarse y luchar.
9. Preservar las experiencias de soberanía, de
ampliación de la democracia, de gobierno de carácter popular y con proyecciones
antiimperialistas, impulsadas por partidos de izquierda y progresistas; ofrecer
apoyo decidido y estimular los esfuerzos emancipatorios y los ideales anticapitalistas
de los movimientos sociales y populares que así actúan; trabajar con denuedo por
consolidar una paz duradera con justicia social e impulsar esfuerzos que
permitan avanzar en la integración soberana de la que Martí llamó Nuestra
América, se transforman en imperativos políticos y en pruebas de honor para la
izquierda continental.
10. Como en 1990, cuando emerge como espacio de
concertación y construcción colectiva de la plural izquierda latinoamericana y
caribeña, frente a una coyuntura internacional marcada por la incertidumbre y
la desorientación que generó la desaparición de la URSS y el llamado campo socialista,
el Foro de Sao Paulo siguiendo su tradición de reflexión critica y formulación
política se ve de nuevo ante el desafío de examinar con mirada crítica el
camino andado, reunificar fuerzas y hacer renovados esfuerzos para seguir
construyendo los consensos que exige la ofensiva de la derecha en curso.
11. Los partidos políticos miembros del Foro de
Sao Paulo llegan a este XXIV Encuentro con un acumulado político superior, que
a su vez se ve multiplicado por la acción articuladora del Foro y, con plena
conciencia de la imposibilidad del capitalismo depredador para ofrecer
alternativas a la humanidad, lo que genera la rebeldía popular y
potencialidades para la acción transformadora del progresismo y la izquierda,
si esta se reorganiza, actúa al lado de los movimientos sociales, prepara
cuadros y mejora sus proyectos de cambio, algunos de clara orientación
socialista.
Existen suficientes ejemplos en la historia
latinoamericana y caribeña que prueban que cuando hay unidad, dirección
política decidida y capaz, objetivos claros de lucha y moral de combate, y arraigo
en las clases populares, se multiplican las opciones para contener cualquier
ofensiva contra revolucionaria, conservadora y restauradora neoliberal, incluso
más, para vencerla.
12. Ceder al derrotismo; auspiciar o tolerar
los personalismos y sectarismos que emergen y proliferan en épocas de reveses;
aceptar o promover la pérdida de confianza en la capacidad política de nuestros
pueblos explotados, no solo sería hoy una afrenta a los héroes y mártires de las
luchas por la emancipación del continente, sino una concesión gratuita e
innecesaria a los EE.UU. y sus aliados internacionales y locales.
13. Frente al plan del imperialismo por socavar
la soberanía de nuestras naciones y tomar control de sus recursos naturales,
opongamos con auténtico espíritu internacionalista latinoamericano y caribeño,
con firmeza e innegociable sentido de dignidad, el plan emancipador de nuestros
nobles pueblos.
14. Trabajemos por fortalecer las luchas por la
justicia y emancipación social, por plena soberanía política e independencia
económica, por la soberanía de los pueblos y la paz mundial. ¡Reivindicar las
mejores experiencias emancipatorias de los movimientos sociales y populares de
la región!
En este contexto, los delegados y delgadas e
invitados e invitadas al XXIV Encuentro del Foro de Sao Paulo, desde La Habana,
Cuba, en representación de América Latina y el Caribe, de Asia y África, de
Europa y América del Norte:
1.
Convocamos a fortalecer el movimiento mundial
en defensa de la Paz. La realidad impone sumar fuerzas para presionar, por
todos los medios posibles.
2.
Advertimos que los representantes del gran
capital transnacional –
gubernamentales y privados, militares y económicos, mediáticos e ideológicos –
están operando con niveles de concertación superiores a los que conocemos.
Concluimos, por tanto, que se impone un ejercicio práctico del internacionalismo
mutuo entre todas las fuerzas de izquierda de América Latina y el Caribe, Asia,
África, Europa y América del Norte.
3.
Observamos con preocupación cómo la derecha
imperial opera de forma concertada en el Consejo de Seguridad de la ONU; a
favor del sionismo en Medio Oriente; para cercar militarmente a Rusia en
Eurasia; para impedir que la República Popular China, en Asia, continúe su
avance como potencia económica mundial con propuestas de paz y cooperación;
para destruir, en América Latina, los proyecto de justicia social, democráticos
y de internacionalismo latinoamericano y caribeño que impulsan nuestras fuerzas
políticas; y para fragmentar el Caribe mediante distintas fórmulas, incluidas
las coloniales como Puerto Rico.
4.
Ratificamos la vigencia de las siguientes
causas y líneas de actuación reivindicadas por el XXIII Encuentro del Foro de
Sao Paulo, efectuado en Managua el pasado año:
–
Convertir la defensa de la CELAC, mayor
acontecimiento unitario de los últimos 200 años, en objetivo político
prioritario a promover por todos nuestros partidos, movimientos sociales y populares,
desde cada escuela, universidad o espacio de creación intelectual. Sembrar la
idea integracionista en la conciencia de nuestros pueblos, ya de por sí será un
avance frente a la política divisionista impulsada por los Estados Unidos y sus
aliados. Confiamos en el valor de las ideas justas: aseguremos que ellas sean
escuchadas por cada uno de los gobiernos de Nuestra América.
–
Transformar en objetivo de toda la izquierda y
de los sectores patriotas y demócratas de América Latina y el Caribe, la
defensa intransigente de los presupuestos de la Proclama de América Latina como
Zona de Paz.
–
Repudiar el militarismo nacido de las entrañas
del Imperialismo, que carece de límites y de escrúpulos, es una necesidad
política, ligada a la sobrevivencia de nuestros pueblos. Dar forma concreta a
este repudio, en cada acción política cotidiana, es una cuestión de principios
que ratificamos.
–
Rechazar de forma enérgica, la idea absurda e
inadmisible de que esta región del mundo pertenece a las élites de poder de los
Estados Unidos o de cualquier país del mundo. Que cada día sea para la Casa
Blanca un recuerdo concreto de lo afirmado por la II Declaración de La Habana: “” esta gran humanidad ha dicho ¡Basta! y ha echado a andar.
Y su marcha de gigantes ya no se detendrá hasta conquistar la verdadera
independencia””.
–
Concertar en cada espacio internacional que lo
permita, por encima de diferencias subalternas de tipo nacional o sectorial,
toda acción que debilite los niveles de dominación y hegemonía de los Estados
Unidos en nuestros países, es esencial y posible. El Imperio ha optado por
priorizar los componentes de la guerra cultural y de símbolos. Rescatemos, como
respuesta ofensiva, las tradiciones de libertad de cada uno de nuestros países.
Honremos a los que las forjaron. Impidamos que la banalidad cultural del Norte
que nos desprecia, se imponga sobre la rica historia de los países que
representamos.
–
Conocer con rigor cómo está desarrollando la
derecha internacional sus planes de desestabilización, contra las experiencias
de gobierno y populares de carácter emancipatorio en América Latina y el
Caribe, constituye una necesidad de primer orden. Ello será más eficaz si creamos
un sólido sistema de intercambio de informaciones y experiencias colectivas. El
Foro de Sao Paulo puede jugar en este campo un papel central, en particular
haciendo esfuerzos en la formación política.
–
Al igual que los delegados al XXIII Encuentro
de Managua, por entender que se trata de causas vigentes:
–
Reafirmamos la importancia del acercamiento y
la acción concertada entre la izquierda de Europa y la de América Latina y el
Caribe. Nos comprometemos en esta nueva etapa a tornar más sistemático y eficaz
la acción antiimperialista unitaria entre ambas regiones. El PIE y el Foro de Sao
Paulo están en condiciones de posibilitar este objetivo.
–
Denunciamos, esta vez con razones adicionales,
el papel injerencista de la OEA, que sigue siendo utilizada por el gobierno de
los Estados Unidos como su Ministerio de Colonias. La actuación de su
secretaría general, marcada por una despreciable supeditación a los intereses
de la Casa Blanca, así lo prueba todos los días. La OEA, junto al Grupo de
Lima, constituyen los Caballos de Troya actuales contra la unidad
latinoamericana y caribeña. Hagamos todo lo posible para impedir que continúen
su avance destructor.
–
Condenamos la guerra no convencional y de
amplio espectro, aplicada por el imperialismo yanqui y sus aliados europeos,
latinoamericanos y caribeños contra la Revolución Bolivariana. Esta se ha
convertido para la Casa Blanca en el objetivo estratégico inmediato a derrotar.
Sea para nosotros, por tanto, el objetivo mayor de solidaridad en estas
circunstancias. Como hace un año atrás, en Managua, el Foro de Sao Paulo se
mantiene en estado de alerta y en sesión permanente de solidaridad
internacionalista contra la intervención internacional hacia Venezuela.
–
Mantenemos intacta la solidaridad con lo(as)
argentinas(os) y brasileñas(os), hondureñas(os) y paraguayas(os) que se
resisten a aceptar el retroceso al neoliberalismo en sus respectivos países, luego
de experiencias de gobierno que, por caminos propios, buscaron el crecimiento
económico, la mejor redistribución de la riqueza, la garantía de derechos
sociales, la ampliación de la participación popular y la democracia, asegurar
la soberanía nacional y fortalecer la integración regional en el ámbito de los
BRICS, todo para combatir las desigualdades sociales, regionales y de genero,
el racismo, o que, simplemente, retaron por su política exterior la lógica
hegemonista de la política exterior de los Estados Unidos.
–
Reafirmamos nuestra absoluta convicción de
apostar por la paz, en concordancia con la Declaración de la CELAC, que en
enero de 2014 declaró América Latina como zona de paz. Por eso, respaldamos el
pedido de las fuerzas políticas y sociales de Colombia para que el gobierno colombiano
cumpla con la implementacion de los Acuerdos de la Habana, mantenga abierto el proceso
de dialogo con el ELN y de pasos certeros para acabar con el asesinato de
excombatientes y lideres sociales, políticos, ambientales y defensores de DDHH.
Denunciamos las acciones de la ultraderecha nacional e internacional para
boicotear la Paz. Es evidente que la Casa Blanca, el sionismo internacional y
las fuerzas más retrógradas del continente, persisten en lograr que los grupos
oligárquicos de Colombia sigan siendo tropa de choque a favor de los intereses
transnacionales en América del Sur. Es vital la lucha contra esta estrategia,
que ya colocó a uno de los países de la CELAC como miembro de la agresiva OTAN.
–
Rechazamos de forma enérgica la política
intervencionista de los Estados Unidos en los asuntos internos de la Nicaragua
sandinista, país en el que se está implementando la fórmula que viene siendo
aplicada por el imperialismo norteamericano a los países que no responden a sus
intereses hegemónicos, causando violencia, destrucción y muerte mediante la
manipulación y la acción desestabilizadora de los grupos terroristas de la
derecha golpista, que boicotean la búsqueda del diálogo, el cual constituye el
mejor camino para superar la actual crisis y alcanzar la paz, lo que es indispensable
para la continuación del proceso de transformaciones sociales impulsado por el FSLN
desde el gobierno presidido por el Comandante Daniel Ortega y que ha reducido
de manera notable la pobreza y la desigualdad social en ese hermano país.
–
Nos solidarizamos con el Frente Farabundo Martí
para la Liberación Nacional y con el gobierno del compañero presidente Salvador
Sánchez Cerén, que enfrentan con energía la guerra mediática, la guerra
jurídica, el boicot económico y otras formas de desestabilización, y nos comprometemos
a acompañarlos como observadores internacionales en la elección presidencial del
3 de febrero de 2019.
–
El XXIV Encuentro del Foro de Sao Paulo convoca
y alienta a Bolivia y Chile a encontrar, cuidando las sensibilidades de ambos
países, una salida al enclaustramiento marítimo boliviano en base al diálogo y
el derecho internacional, y que contribuya a una verdadera integración de nuestros
pueblos.
–
Renovamos el rechazo del Foro de Sao Paulo a la
política de la Casa Blanca, que criminaliza a los emigrantes latinoamericanos y
caribeños y, de manera particular, a los hermanos centroamericanos. Un mundo
sin fronteras y con ciudadanía universal es el norte de nuestra lucha emancipatoria.
–
Rechazamos cualquier forma de racismo,
intolerancia y discriminación. Impulsamos el ejercicio pleno de los derechos
económicos, culturales, sociales y políticos de las mujeres, y la eliminación de
la cultura patriarcal.
–
Demandamos la retirada de las fuerzas de la
MINUSTAH que, siguiendo un mandato del antidemocrático Consejo de Seguridad de
la ONU, mantienen ocupado Haití desde hace más de una década.
–
Condenamos el narcotráfico, el tráfico de
personas y el terrorismo, y denunciamos la doble moral de un sistema que dice
combatir al crimen organizado, mientras protege a sus grandes promotores y
principales responsables. Defendemos el cultivo legal y el uso tradicional
benéfico de la hoja de coca.
–
Proclamamos el acceso al agua como derecho
humano y los demás bienes comunes (tierra, aire puro, energía etc.,) luchamos
contra la depredación del medio ambiente, la amenaza a la biodiversidad y al
ecosistema en general.
–
Apoyamos las exigencias de los pequeños Estados
insulares del Caribe a ser resarcidos por los daños humanos de la esclavitud y
a acceder a recursos que permitan su resiliencia frente al cambio climático.
–
Demandamos el levantamiento incondicional,
total y definitivo del bloqueo económico, financiero y comercial del gobierno
de Estados Unidos contra Cuba, y la indemnización al pueblo cubano por los
daños y perjuicios causados por más de medio siglo de agresiones de todo tipo.
–
Exigimos la devolución al pueblo de Cuba del
territorio ocupado por la ilegal base naval estadounidense en Guantánamo.
–
Apoyamos el reclamo histórico de Argentina
sobre la soberanía de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur.
–
Exigimos la eliminación de todas las bases
militares estadounidenses que existen en la región (77en total, que junto a la
IV Flota, cubren todo el espacio regional), y de todas las bases militares extranjeras
de cualquier país, dondequiera que se encuentren.
–
Defendemos los derechos y las culturas de los
pueblos originarios y afrodescendientes, y asumimos sus luchas para la
restitución y ejercicio pleno de sus derechos históricos.
–
Demandamos la descolonización total del Caribe
y apoyamos de manera particular la independencia de Puerto Rico, al
conmemorarse el 25 de julio de 2017, ciento veinte años de la invasión militar
estadounidense contra esta nación caribeña. Asimismo, nos pronunciamos por la eliminación
de toda forma de coloniaje y neocoloniaje.
–
Respaldamos, en apego a la autodeterminación de
los pueblos, la postulación del presidente Evo Morales habilitado
constitucionalmente y respaldado por la Convención Americana para las elecciones
de 2019, y rechazamos los planes desestabilizadores impulsados por la derecha
de ese país, la OEA y la embajada de Estados Unidos.
–
Exigimos la libertad inmediata de Lula, después
de una condena y prisión sin pruebas y el derecho a ser candidato presidencial
en las elecciones de octubre en Brasil, respetándose la voluntad de la mayoría
del pueblo brasilero.
Lula Livre! Lula Inocente! Lula Presidente!
5.
Como hace un año atrás, ratificamos que América
Latina y el Caribe siguen en pie de lucha!. Y mantienen la decisión de actuar
con optimismo, decisión y mayor sentido unitario. ¡Hasta la Victoria Siempre!
Comcrear Óriente: Organo de Expresión del Movimiento Cívico
“Ramón Emilio Arcila”
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