11/07/2015

El Menosprecio Por las Humanidades. Francisco Cortés R: Director Instituto de Filosofía UdeA

Francisco Cortés Rodas
En la política estatal de ciencia que Colciencias ha venido implementando en los últimos años se puede apreciar una clara tendencia a menospreciar las ciencias sociales y las humanidades.
En las convocatorias para la medición de grupos de investigación de los dos últimos años se vio en los resultados una muy baja participación de los grupos de ciencias sociales y humanas en los niveles A1, A y B, y de sus investigadores en los niveles Senior y Asociado. La más reciente discusión tiene que ver con los resultados de la “convocatoria 727” de becas de doctorado. De los 189 programas de doctorado que concursaron para recibir cupos de becas de Colciencias, solo 40 pasaron. Ninguno de ciencias sociales y humanidades logró obtener los mínimos de evaluación exigidos.
En este caso, hay que destacar que el resultado ha ido acompañado de una clara justificación, basada en una visión del crecimiento económico, por parte de funcionarios de Colciencias. Ya no tratan de ocultarlo, lo dicen sin ambages frente a la opinión pública. Así, Carolina Rivera, investigadora del Observatorio de Ciencia y Tecnología, le dijo a El Espectador, “desde literatura académica y sistemas de países industrializados sí hay evidencia de que áreas como ingenierías y ciencias básicas tienen mayor potencial de fortalecer el crecimiento económico. Es más rentable trabajar en energías alternativas que en mecanismos de diálogo en una vereda de un municipio recóndito”.
Lo que está pasando en nuestro mundo académico no es nuevo. Desde hace años el énfasis del Gobierno está orientado de manera cada vez más clara, hacia una universidad centrada en las ciencias naturales, la innovación, la renta y el crecimiento económico, y excluye una universidad que articule la ciencia con el cultivo de las humanidades y las ciencias sociales.
De esta manera Colombia se está anticipando y preparando para aquello que en países altamente industrializados, como Japón, se percibe como una derrota de las humanidades. La decisión del ministro de Educación japonés de pedir a 60 universidades cerrar carreras de ciencias sociales y abrir áreas que respondan mejor a las necesidades de la sociedad, es muy grave para las humanidades, que muestra además una profunda incomprensión de la imagen de la ciencia y las humanidades, de su historia y relaciones mutuas.
Pensar que la investigación en ciencias naturales e ingenierías se opone a las humanidades no es más que un argumento falaz de una visión de la ciencia. Hay elementos inevitablemente humanos en la investigación en cualquier campo. Esto se puede apreciar en la obra de cualquier gran científico (Newton, Darwin, Einstein) no solo como reflexiones aisladas sino como constitutivas de sus prácticas investigativas. Pensar que la investigación natural no es humana y social es una idea equivocada y uno de las sofismas que circulan con naturalidad en el mundo de la burocracia científica. Ignorancia sobre la historia de la ciencia de los burócratas.

Es necesario poner en su contexto los supuestos de la creación del conocimiento para poder entender la ciencia, la tecnología y la innovación bajo la comprensión de la sociedad y las humanidades, sus problemas y contradicciones. - Por: Francisco Cortés Rodas: * Director Instituto de Filosofía U. de Antioquia.

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