3/07/2013

Antonio Gramsci –Análisis de las Situaciones - Relaciones de Fuerzas – Tercera Parte


.......Pero tampoco éste es indistinto ni identificable inmediatamente de una forma esquemática, sino que también en él se pueden distinguir dos grados: el militar en sentido estricto, o técnico militar, y el grado que puede llamarse políticomilitar.

En el desarrollo de la historia esos dos grados se han presentado con una gran variedad de combinaciones. Un ejemplo típico, que puede servir como paradigma-límite, es el de la relación de opresión militar de un estado sobre una nación que esté intentando conseguir su independencia estatal. La relación no es puramente militar, sino político-militar, y efectivamente, un tipo de opresión así sería inexplicable sin el estado de disgregación social del pueblo oprimido y sin la pasividad de su mayoría; por tanto, no podrá conseguirse la independencia con fuerzas puramente militares, sino que harán falta fuerzas militares y político militares. Pues si la nación oprimida tuviera que esperar, para empezar la lucha por la independencia, a que el estado hegemónico le permitiera organizarse su propio ejército en el sentido estricto y técnico de la palabra, podría echarse a dormir (puede ocurrir que la reivindicación de contar con un propio ejército sea admitida por la nación hegemónica, pero eso significará que una gran parte de la lucha habrá sido ya combatida y ganada en el terreno político-militar). La nación oprimida opondrá, por tanto, inicialmente a la fuerza militar hegemónica una fuerza sólo “político-militar”, esto es, le opondrá una forma de acción política que tenga la virtud de determinar reflejos de carácter militar, en el sentido:
1)     De que tenga eficacia suficiente para disgregar íntimamente la eficacia bélica de la nación hegemónica, y
2)     Que obliguen a la fuerza militar hegemónica a diluirse y dispersarse por un gran territorio, anulando así su eficacia bélica. En el Risorgimento italiano puede observarse la desastrosa falta de dirección político militar, especialmente en el Partito d´Azione (por incapacidad congénita), pero también en el partido piamontés moderado, igual antes que después de 1848, y no por incapacidad, ciertamente, sino por “maltusianismo económico político”, o sea, porque no quería aludir siquiera a la posibilidad de una reforma agraria ni convocar una asamblea nacional constituyente, sino que tenía simplemente a conseguir que la monarquía piamontesa se extendiera por toda Italia sin condiciones ni limitaciones de origen popular, con la mera sanción de los plebiscitos regionales.

Otra cuestión relacionada con las anteriores consiste en ver si las crisis históricas fundamentales están determinadas Pañuelos en Rebeldía http://www.panuelosenrebeldia.com.ar Buenos Aires, Argentina! Generado: 15 January, 2013, 19:13 inmediatamente por las crisis económicas. La respuesta a esta cuestión está implícitamente contenida en los párrafos anteriores, donde se tratan cuestiones que son otra manera de presentar la ahora suscitada; pero siempre es necesario, por razones didácticas y dado el público particular, examinar cada modo de presentarse una misma cuestión, como si fuera un problema independiente y nuevo. Puede excluirse que las crisis económicas inmediatas produzcan por sí mismas acontecimientos fundamentales; sólo pueden crear un terreno más favorable para la difusión de ciertos modos de pensar, de plantear y de resolver las cuestiones que afectan a todo el desarrollo ulterior de la vida estatal. Por lo demás, todas las afirmaciones relativas a los períodos de crisis o de prosperidad pueden provocar juicios unilaterales. En su compendio de historia de la revolución francesa, Mathiez, oponiéndose a la historia vulgar tradicional que “descubre” apriorísticamente una crisis en coincidencia con las grandes rupturas del equilibrio social, afirma que hacia 1879 la situación económica era más bien buena en lo inmediato, por lo cual no se puede decir que la catástrofe del Estado absoluto se haya debido a una crisis de pauperización. Hay que observar que el estado estaba sometido a una crisis financiera mortal, por lo que se planteaba la cuestión de cuál de los tres órdenes sociales privilegiados iba a tener que soportar los sacrificios y los pesos inevitables para poner de nuevo a flote las haciendas estatal y real. Además aunque la posición económica de la burguesía era sin duda floreciente, no ocurría, por supuesto, lo mismo por lo que hace a la situación de las clases populares de la ciudad y del campo, las últimas de las cuales estaban atormentadas por una miseria endémica. En cualquier caso, la ruptura del equilibrio de fuerzas no ocurrió por causas mecánicas inmediatas de pauperización del grupo social que estaba interesado en romper el equilibrio y que de hecho lo rompió, sino que ocurrió en el marco de conflictos superiores al mundo económico inmediato, relacionados con el “prestigio” de clase (intereses económicos futuros) y con una exasperación del sentimiento de independencia, de autonomía y de poder. La particular cuestión del malestar o bienestar económico como causa de nuevas realidades históricas es un aspecto parcial del problema de la correlación de fuerzas en sus varios grados. Pueden producirse novedades ya porque una situación de bienestar quede amenazada por el rudo egoísmo de un grupo adversario, ya porque el malestar se haya hecho intolerable y no se vea en la vieja sociedad ninguna fuerza capaz de mitigarlo y de restablecer una normalidad con medios legales. Por tanto, se puede decir que todos esos elementos son manifestación concreta de las fluctuaciones de coyuntura del conjunto de las relaciones sociales de fuerza, en cuyo terreno se produce el paso de esas correlaciones sociales a correlaciones política de fuerza, para culminar en las correlaciones militares decisivas.

Si ese proceso de desarrollo se detiene en un determinado momento (y se trata esencialmente de un proceso que tiene por actores a los hombres, a la voluntad y a la capacidad de los hombres) la situación dada es inactiva, y pueden producirse conclusiones contradictorias: la vieja sociedad resiste y se asegura un “período de respiro” exterminando físicamente a la élite adversaria y aterrorizando a las masas de reserva; o bien se produce la destrucción recíproca de las fuerzas en conflicto, con la instauración de la paz de los cementerios, que puede incluso estar bajo la vigilancia de un centinela extranjero.

Pero la observación más importante que hay que hacer a propósito de todo análisis concreto de las relaciones de fuerzas es la siguiente: que esos análisis no pueden ni deben constituir fines en sí mismos (a menos que se esté escribiendo un capítulo de historia pasada) sino que cobran significación si sirven para justificar una actividad práctica, una iniciativa de la voluntad. Los análisis muestran cuáles son los puntos de menor resistencia, a los que pueden aplicarse con más fruto las fuerzas de la voluntad, sugieren las operaciones tácticas inmediatas, indican cómo se puede plantear mejor una campaña de agitación política, qué lenguaje será mejor comprendido por las muchedumbres, etc.

El elemento decisivo de toda situación es la fuerza permanentemente organizada y predispuesta desde mucho tiempo antes, la cual puede ser lanzada hacia delante cuando se juzga que una situación es favorable ( y será favorable sólo en la medida en que exista una fuerza así, y esté llena de ardor combativo); por eso la tarea esencial consiste en curarse sistemática y pacientemente de formar, desarrollar, homogeneizar cada vez más y hacer cada vez más compacta y conciente de sí misma a esa fuente. Esto se comprueba en la historia militar y en la atención con la cual se ha preparado siempre a los ejércitos para empezar una guerra en cualquier momento. Los grandes estados han sido grandes precisamente, porque estaban en cualquier momento preparados para intervenir eficazmente en las coyunturas internacionales favorables, y éstas eran favorables para ellos porque los grandes estados tenían la posibilidad concreta de insertarse eficazmente en ellas.(1932-1934)
Pañuelos en Rebeldía
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Generado: 15 January, 2013, 19:13

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