Cordial Saludo
Ante la grave crisis por las que
atraviezan las diferentes organizaciones sindicales por lo críticado hasta el
presente, en los anteriores artículos, pues como vimos se acusaba a varios dirigentes del abandono de las obligaciones políticas con
los trabajadores, del manejo burocrático de las directrices, métodos grupistas
de dirección, acuerdos de los dirigentes con las administraciones públicas
territoriales, malos manejos del dinero sindical”…etc., y mientras andan en
esos “trabajos”, las bases y organizaciones Sindicales participan de eventos
del orden Nacional e Internacional, sintiendo la ausencia de su Central
Sindical.
Hemos recuperado un documento
escrito por el eminente Sociologo brasileño, el doctor Boaventura de Sousa
Santos, quien nos analiza la salida que en Europa se esta dando frente a la
grave crisis financiera y que es la Huelga
General , protagonizada por diferentes actores, de este artículo
queremos destacar el siguiente parrafo: “En
términos generales, podemos decir que la huelga general en la Europa de hoy es más
defensiva que ofensiva, busca menos promover un avance de la civilización que
impedir un retroceso. Es por eso que deja de ser una cuestión de los
trabajadores en su conjunto para ser una cuestión de los ciudadanos
empobrecidos en su conjunto, tanto de los que trabajan como de los que no
encuentran trabajo, como también de los que trabajaron la vida entera y hoy ven
amenazadas sus jubilaciones. En la calle, la única esfera pública que todavía
no han ocupado los intereses financieros, se manifiestan los ciudadanos que
mayoritariamente nunca participaron en sindicatos o en movimientos sociales, ni
tampoco se imaginaron manifestándose a favor de causas ajenas. De repente, las
causas ajenas son las propias”..... Ver abajo el artículo
Anuncinmos también que en Polo Crítico
hemos decidido dar una mirada a las diferentes ONG que realizan investigaciones
y que forman y capacitan y se relacionan con el mundo del trabajo y sus
organizaciones sindicales, pues consideramos que también están relacionadas con
la decadencia del sindicalismo y por lo tanto también allí es necesario abrir
una discusión a ver si encontramos
caminos para superar este grave deterioro.
Fraternalmente,
Carlos A. Ruiz O.
Director Polo Crítico, Miembro
Dirección Polo Antioquia
Socio Escuela Nacional Sindical
La huelga general
Por: Boaventura de Sousa Santos
- ALAI, América Latina en Movimiento
- 2011-11-21 - http://alainet.org/active/50992
Las
huelgas generales eran comunes en Europa y en los Estados Unidos a fines del
siglo XIX y en las primeras décadas del XX. Provocaron grandes debates dentro
del movimiento obrero y de los partidos y movimientos revolucionarios
(anarquistas, comunistas, socialistas). Se discutía la importancia de la
huelga general en las luchas sociales y políticas, las condiciones para su
éxito, el papel de las fuerzas políticas en su organización. Rosa Luxemburgo
(1871-1919) fue una de las más destacadas presencias en aquellos debates. La
huelga general –que nunca dejó de estar presente en América latina y resurgió
con fuerza en
En
ámbitos diferentes (comunidades, ciudades, regiones, países), la huelga
general siempre fue una manifestación de resistencia contra una condición
gravosa e injusta de carácter general, o sea, una condición capaz de afectar
a los trabajadores, a las clases populares o hasta a la sociedad en su
conjunto, aun cuando algunos sectores sociales o profesionales fuesen
afectados más directamente. Limitaciones de los derechos civiles y políticos,
represión violenta de la protesta social, derrotas sindicales en cuestiones
relacionadas con la protección social, la deslocalización de empresas con
impacto directo en la vida de las comunidades, decisiones políticas
contrarias al interés nacional o regional (“traiciones parlamentarias”, como
la opción por la guerra o el militarismo): éstas fueron algunas de las
condiciones que, en el pasado, llevaron a la decisión de realizar una huelga
general. A principios del siglo XXI vivimos un tiempo diferente y las
condiciones gravosas e injustas no son las mismas que en el pasado. Sin
embargo, en el nivel de las lógicas sociales que las rigen hay paralelismos
perturbadores que fluyen en las profundidades del movimiento por la huelga
general y un ejemplo es la convocada el próximo 24 de noviembre en Portugal.
Ayer
fue la lucha por derechos de los que las clases populares se consideraban
injustamente privadas; hoy es la lucha contra la pérdida injusta de derechos
por los que tantas generaciones de trabajadores lucharon y que parecían una
conquista irreversible. Ayer fue la lucha por un reparto más equitativo de la
riqueza nacional que generaban el capital y el trabajo; hoy es la lucha
contra un reparto cada vez más desigual de la riqueza (confiscación de
salarios y jubilaciones, incremento de horarios y ritmos de trabajo,
impuestos y rescates financieros a favor de los ricos –el “uno por ciento”,
según los ocupantes de Wall Street– y una vida cotidiana de angustia e
inseguridad, de colapso de las expectativas, de pérdida de la dignidad y la
esperanza para el “99 por ciento”). Ayer fue la lucha por una democracia que
representara los intereses de las mayorías sin voz; hoy es la lucha por una
democracia que, después de ser parcialmente conquistada, fue destripada por
la corrupción, por la mediocridad y la pusilanimidad de los dirigentes y por
la tecnocracia en representación del capital financiero al que siempre
sirvió. Ayer fue la lucha por alternativas (el socialismo) que las clases
dirigentes reconocían como existentes y por eso reprimían brutalmente a quien
las defendiera; hoy es la lucha contra el sentido común neoliberal,
masivamente reproducido por los medios de comunicación al servicio del
capital, que sostiene que no hay alternativas al empobrecimiento de las
mayorías y al vaciamiento de las opciones democráticas.
En
términos generales, podemos decir que la huelga general en
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